Si alguna vez has oído hablar de la mitología griega y romana, seguro que has oído hablar de Heracles, uno de los héroes legendarios grecorromanos más famosos. También conocido como Hércules.
Heracles era hijo de Zeus, el rey de los dioses, y de una mujer mortal llamada Alcmena, nieta de Perseo. Era famoso por su inmensa fuerza y valor.
El significado de Heracles es «la gloria de Hera», aunque fue la propia Hera la que no quiso que gobernara en Grecia y puso mil y una trampa para ello. Su nombre original era Alceo, en honor a su abuelo Alceo. Fue en la edad adulta cuando Apolo modificó su nombre original por el de Heracles, como consecuencia de su condición de ser servidor directo de la diosa Hera, la legítima esposa de Zeus.
Heracles fue el más grande de todos los héroes griegos, el epítome de la masculinidad en el mundo antiguo y un símbolo de valentía y coraje en toda la mitología grecorromana. Su fuerza sobrehumana, combinada con sus sobrecogedoras tareas y sus notables enemigos, dan lugar a algunos de los relatos más populares del mundo mediterráneo.
En la actualidad, la cultura popular ha recogido su historia. Películas, videojuegos y otras fuentes de entretenimiento han mantenido vivo a Heracles -y la visión de su famosa piel de león- en la conciencia cultural colectiva. Y en ese sentido, el semidiós indestructible sigue vivo.
En este artículo exploraremos la vida y las hazañas de Heracles, y discutiremos su inmensa importancia en el mundo de los mitos griegos y romanos.
LA VIDA DE HERACLES
La historia del origen de Heracles sigue la fórmula narrativa del héroe típica del antiguo mundo grecorromano.
Su madre, la mortal Alcmena, era hija de Electrión, rey de Micenas e hijo del héroe Perseo. Por su parte, su padre, Zeus, era el rey de los dioses griegos. Con un linaje tan distinguido, la grandeza de Heracles estaba predestinada desde el principio.
También se dice que Zeus juró que el siguiente hijo nacido de la casa de Perseo se convertiría en gobernante de Grecia, pero por un truco empleado por su celosa esposa Hera, el título de rey de Grecia recayó en cambio en el enfermizo Euristeo, que nació primero.
A lo largo de su vida, Heracles se encontró con diversas figuras legendarias. Según cuentan los poetas romanos, fue vendido a la reina de Lidia, Onfalia, viuda de Tmolus. Se dice que se entregaba a actividades un tanto afeminadas, y que también vestía ropas femeninas mientras que Onfalia llevaba su piel de león.
Heracles también se casó con Megara, la hija del rey de Tebas, y tuvo varios hijos con ella. Curiosamente, sus mayores aliados en un momento de su vida fueron los dioses Ares y Atenea. Por supuesto, Zeus -su padre- fue la figura más importante de su vida.
LOS TRABAJOS DE HERACLES
Una de las razones por las que se recuerda a Heracles como el más grande de los héroes es el gran número de sus notables trabajos, también conocidos como las tareas de Hércules.
El rey Euristeo, en cumplimiento del juramento de Zeus, asignó a Heracles una docena de trabajos sobrecogedores.
Para poner a prueba su fuerza, Heracles tuvo que matar a varios monstruos, como el león de Nemea, la hidra de nueve cabezas y los caballos devoradores de hombres de Diomedes.
En sus otros trabajos, Heracles tuvo que capturar criaturas peligrosas, como el jabalí de Erymantia, traer maravillosos tesoros de tierras lejanas y limpiar los establos de Augías en un solo día.
Aunque la naturaleza exacta de estos trabajos puede variar según los autores y las historias, el sentimiento principal sigue siendo el mismo: ninguna hazaña era demasiado grande para el valiente Heracles, ninguna tarea demasiado desalentadora.
Los trabajos de Heracles han inspirado innumerables obras de arte e historias a lo largo de los años y sus hazañas siguen siendo una parte importante del patrimonio cultural de los antiguos griegos.
Su valor y determinación han tenido un impacto duradero, y no hay duda de que Heracles seguirá siendo un héroe célebre durante muchos años.
Los doce trabajos de Heracles son un conjunto de tareas que el héroe llevó a cabo mientras servía al rey de la Argólida, Euristeo.
Son las siguientes (por orden): matar al León de Nemea; matar a la Hidra de Lerna; capturar al Jabalí de Erimanto; capturar a la Cierva de Ceryneia; ahuyentar a las Aves de Estinfalo; capturar al Toro Cretense; robar las Yeguas de Diomedes; capturar el cinturón de Hipólita; capturar el ganado de Gerión; robar las manzanas de las Hespérides; y capturar a Cerbero, el guardián del Inframundo.
Cada una de las tareas impuestas por Euristeo planteaba un reto agotador, que Heracles fue capaz de superar con fuerza, inteligencia y astucia sobrehumanas.
Matar al León de Nemea
El primer trabajo exigía que Heracles viajara a la ciudad de Nemea, donde un feroz león aterrorizaba al pueblo. Al llegar, Heracles disparó al león con una flecha, pero fue incapaz de atravesar su piel debido a sus propiedades protectoras. Pensando con rapidez, estranguló al león con sus poderosos brazos y lo despojó de su piel, que llevó siempre puesta como símbolo de valor y fuerza.
Matar a la Hidra de Lerna
El segundo trabajo consistía en derrotar a la Hidra de Lerna, una bestia con siete cabezas y cuerpo de serpiente. Heracles recibió el encargo de matarla y, en la batalla, muchas de sus cabezas fueron cortadas, pero éstas se multiplicaban a cada minuto que pasaba. Para derrotarla, Heracles tuvo que cauterizar las cabezas restantes con una antorcha encendida, de modo que cada una de ellas no pudiera regenerarse.
Capturar a la Cierva de Ceryneia
El Tercer Trabajo consistía en capturar a la Cierva de Ceryneia, un ciervo sagrado para la diosa Artemisa, que ordenó a su cazador favorito Actaeón que lo cazara. Heracles, a pesar de ser enemigo de los dioses, decidió mostrar su respeto a Artemisa y persiguió al ciervo hasta dejarlo exhausto y luego lo capturó vivo para llevárselo al rey Euristeo.
Capturar al Jabalí de Erimanto
La cuarta tarea consistía en capturar vivo al Jabalí de Erimanto. Heracles rastreó al jabalí y lo persiguió hasta que se cansó y cansó hasta que cedió lentamente a su fuerza. Entonces lo capturó vivo, cumpliendo así la Cuarta Labor.
Limpiar los Establos de Augeas
Para su quinta labor, el rey Euristeo encargó a Heracles que limpiara los sucios establos del rey Augeas. Durante años se habían acumulado kilómetros de desperdicios, pero Heracles ideó un plan: desvió dos ríos cercanos, el Alfeo y el Peneo, y utilizó el agua corriente para limpiar los establos en un solo día.
Matar a los Pájaros de Estínfalo
El sexto trabajo consistió en matar a los pájaros venenosos de Estínfalo, bestias terroríficas que habían estado causando estragos en las ciudades locales. Heracles consiguió ahuyentar a los pájaros con un cascabel de latón y consiguió ahuyentarlos.
Capturar al Toro Cretense
El séptimo trabajo fue capturar al Toro Cretense, una tarea imposible ya que el toro era tan fuerte y salvaje que resultaba casi imposible capturarlo. Tras una gran lucha, Heracles logró someter al toro y llevárselo vivo a Euristeo.
Robar las Yeguas de Diomedes
Para su octavo trabajo, Heracles fue desafiado a robar las yeguas devoradoras de hombres de Diomedes. Consiguió someter a las yeguas dándoles de comer tiernos pasteles, lo que las apaciguó y le permitió llevárselas de vuelta al rey Euristeo.
Capturar el Cinturón de Hipólita
El noveno trabajo consistía en capturar el cinturón de Hipólita, la reina de las Amazonas. Heracles lo consiguió presentándose ante las Amazonas y ofreciéndoles una tregua pacífica, que finalmente fue aceptada y le permitió hacerse con el cinturón.
Capturar el Ganado de Gerión
La décima labor consistió en capturar el ganado de Gerión, un monstruo de tres cabezas que vivía en la isla de Erytheia. Heracles pudo derrotar a Gerión disparando flechas con su arco y consiguió capturar vivo al ganado.
Robo de las Manzanas de las Hespérides
A Heracles se le encomendó la tarea de robar las manzanas de las Hespérides, que pertenecían a la diosa Hera. Para conseguirlo, buscó la ayuda de Atlas y le engañó para que soportara el peso del mundo mientras él iba a robar las manzanas.
Capturar al Guardián del Inframundo, Cerbero
Para su último trabajo, el rey Euristeo encargó a Heracles que le trajera a Cerbero, el guardián de tres cabezas del Inframundo. Pero no fue una tarea fácil: Heracles tuvo que cavar profundamente en el Inframundo para liberar a Cerbero y sólo con la ayuda de Atenea y del rey Hades pudo tener éxito y llevar a Cerbero sano y salvo ante Euristeo.
FUE HERACLES REAL
La leyenda de Heracles es tan popular que plantea la pregunta: ¿existió realmente Heracles? Lo cierto es que es difícil responder a esta pregunta con cierto grado de certeza.
Los estudiosos de la mitología creen que es probable que Heracles sea una combinación de varios héroes que vivieron en distintos periodos de la antigua Grecia, más bien una memoria colectiva, por así decirlo.
Las pruebas apuntan a la adopción y repetición de su historia durante el periodo clásico. Así pues, la cuestión no es la realidad de Heracles, sino su importancia en la mitología colectiva del mundo grecorromano.