FICHA TÉCNICA
- Nombre: Dama de Elche
- Año: entre el siglo V a.C. y primera mitad del siglo IV a.C.
- Estilo: Arte íbero
- Materiales: Piedra caliza
- Dimensiones: 56 cm x 49 cm
- Dónde ver: Museo Arqueológico de Madrid
Se trata de un busto de una dama ricamente ataviada, en la cabeza lleva un tocado compuesto por una tiara cubierta por un velo, una diadema sobre la frente y en los laterales dos rodetes en los que iría recogido.
La historia de la Dama de Elche
El día 4 de agosto de 1897, cuando unos obreros nivelaban el suelo de una loma de La Alcudia, a 2 kms. de Elche, surgió de la tierra, donde había estado oculta veintidos siglos, el busto magnífico de la Dama, la obra de arte más espléndida, más asombrosa, más cespañola» de nuestra antigüedad. El vulgo la bautizó con el nombre de la «Reina Mora», la admiró y casi se convirtió en un idolo de la ciudad, pero su propietario, el Dr. Campello, la vendió por la insignificante cantidad de 4.000 francos al arqueólogo P. Paris, que se la llevó a París. La expatriación despertó desde el primer día sentimiento doloroso, hasta que afortuna- damente ha sido restituida a España (8-II-1941), y se admira en el Museo del Prado, de Madrid.
¿Cómo es la Dama de Elche?
El busto está labrado en una caliza blanca, muy deleznable y porosa, que tiene hoy una pátina de color ligeramente amarillento, y es de tamaño natural. Aún conserva visibles rastros de policromía en rojo.
El rostro llama la atención por la fuerte personalidad de sus facciones. La nariz es larga y delgada; la boca, cuidadosamente modelada. Sus mejillas enjutas, dejan destacados los pómulos, dándole a la cara una delgadez casi ascética y hasta enfermiza.
Su mirada parece abstraída en la contemplación, vaga e inconsciente, de un objeto cercano, expresión meditativa y absorta. El profesor García Bellido cree que se trata de un retrato.
El tocado es suntuoso y complicado. Una especie de tiara o peineta corona la cabeza, se cubre con una mantilla y ésta se ajusta con una diadema con perlas. A ambos lados del rostro destacan dos grandes ruedas. probablemente estuches» metálicos (oro o plata) que debían encerrar el cabello trenzado.
Un manto cubre su espalda y hombros y tres ricos collares se escalonan sobre el pecho y de ellos cuelgan «amphoritas», placas y cuentas que debieron ser de oro.
Su túnica interior está cerrada por una fíbula de tipo «hispánico», el más español de los broches antiguos indígenas y nos indica la cronología, ya que su uso estuvo de moda en los sigulos IV y V a.C. Sostiene García Bellido que por la semejanza de los collares con los púnicos encontrados en La Aliseda (Cáceres), debe de ser del siglo IV o III (y aún pudiera ser que después). Su autor estuvo educado en el arte griego. «Representa un arte, mezcla extraña de clásico y bárbaro, de maduro y primitivo» (Antonio García Bellido «La Dame de Elche», Madrid 1943)
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