Las figuras romanas, siguiendo la tendencia de las figuras griegas, idealizan la belleza a través de la expresión del realismo y manteniendo como principal valor la estética.
La escultura de Roma se desarrolló centralizada en Roma en los siglos VI a. C. y V d.C. En las figuras romanas se puede apreciar una referencia directa de la escultura griega.
Aunque la fuenta de inspiraciópn de la escultura romana es griega, con la consolidación del imperio romano también hubo influencias externas como las orientales que originó una tendencia hacia el abstracismo.
Las Esculturas Romanas son consideradas como un arte de gran personalidad y belleza absoluta, esto es gracias a que la mayoría de estas famosas obras son realizadas en base a muchas variantes de modelos griegos, dando una cantidad de aspectos realistas dejando sorprendidos a los amantes del arte.
Los materiales utilizados para fabricar las figuras romanas eran, principalmente, bronce y mármol, siendo este último el más utilizado. Eran figuras apolícromas, excepto inicialmente que se coloreaban los ojos, después se optó por tallarlos.
El retrato fue la escultura estrella entre los artistas romanos. Al principio se esculpían la cabeza y parte del cuello, y poco a poco se fue representando también los hombros y pecho. Aunque en menor medida, también se esculpieron retratos de cuerpo entero, sobre todo cuerpos femeninos y retratos ecuestres.
El retrato más frecuente de la escultura romana es el del emperador, que constituye el modelo para el resto de retratos.